sábado, 14 de marzo de 2009

más de verdad y de mentira

Ayer pasé delante del tanatorio y vi a mucha gente vestida de negro. Gente de grupos distintos que venían por muertos distintos , gente que no parecía estar muy triste. o tal vez si lo estaban que sé yo, pero resultó bastante decepcionante. no es que les desee pena ni malestar pero digo yo que un tanatorio está echo para llorar. al menos en mi mundo, joder. y me entraron ganas de ponerme a llorar yo misma y hacerlo como una loca, sin concesiones, sin limpiarme los mocos y utilizando todo mi folklore. que está visto que tengo para rato. ponerme a llorar alli mismo, en la entrada, a ver si engañaba a alguno de esos espíritus por los que no llora nadie.

pero es que yo no sé actuar.... joder. Y pensé que con tanto actor en paro ya podría alguno decidirse a hacer una buena obra. Y también pensé que también podría contratar yo misma a un par de esos actores y hacer que lloren un ratito cada día y creen un poquito de ambiente. pero claro, yo no soy ni tan buena ni tan generosa y pensé que estaría bien pasarle el muerto a otro y me convenci´de que la tarea de contratar actores es competencia del ayuntamiento; que también se gasta el dinero en ambientar la navidad con lucecitas y decorar las calles con florecitas.
y no es que esas cosas me parezcan mal. debo reconocer que todas esas tonterías inutiles y superficiales me encantann pero estaría dispuesta a renunciar un poco a las flores y a las lucecitas de colores para colaborar en que las cosas fuesen como me las espero y para asegurarme de que si me muero alguien va a llorar, auqnue sea de mentira.

3 comentarios:

Fran Loud dijo...

¡cómo te pasas! a mí ya me pueden llevar a un funeral de esos ahora mismo... tampoco sé actuar, pero ahora mismo estoy en ello (en llorar, día)

ismael dijo...

Pues antes existían "las plañideras", lloronas profesionales. Desde la época de los romanos, ahora todavía existen en sudamérica, en asia, en los funerales gitanos... yo creo que incluso en algún pueblo de Extremadura o de La Mancha aún se ven en los funerales, las familias les regalan algo y ellas lloran desconsoladamente por el difunto. La verdad es que si te pones no es difícil, empiezas a gritar , a desgañitarte y ya te vas poniendo rojo, y sudas y al cabo de un rato se te saltan las lágrimas por el esfuerzo, y al final lloras de verdad sin saber muy bien por qué ni por quien. Ojo, pasa lo mismo con la risa, y por eso hay que saber diferenciar los momentos para no montar un numerito indeseado.

Fran Loud dijo...

¿No hay un cuento de Cortázar hermosísimo sobre este tema en que hay una familia en un bloque que se apunta a todos los velatorios y lloran tanto y lo hacen tan bien que acaban suplantando a la familia real del muerto, salen los primeros en la comitiva y la gente acaba dándoles a ellos el pésame? Yo también quiero que me lloren pero sobre todo que me quieran, aunque sea de mentira.