Los visitantes están ahí para que quieras seducirlos. Cada día, uno de ellos visita a todo autónomo que trabaje desde casa. Cada visitante te atrae. Mucho. Es su trabajo.
Cada mañana, puntual, aparece a las 8.30 y se queda para tomar un café. Solo uno. Y se marcha.
El tiempo justo para que tú te hayas vestido y maquillado para recibirlo. Hayas compartido la cafetera gigante y los pormenores del día anterior. Como cada día lista para pasar la jornada en casa. Sin pijama.
sábado, 14 de noviembre de 2009
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