sábado, 10 de octubre de 2009

Quitarse los zapatos y salir corriendo a la calle

Hoy he leído el poema "Arbeitstag" de la nueva premio nobel Herta Müller y me ha gustado tanto que tengo que colgarlo. No lo he encontrado traducido. Hago lo que puedo. Y aunque lo he estropeado claramente, sigue siendo una maravilla.

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DÍA DE TRABAJO
Por la mañana. Siete y media. El despertador suena.
Me levanto, me desnudo y dejo la ropa sobre la almohada. Me pongo el pijama. Voy a la cocina y me meto en la bañera, cojo la toalla y me lavo la cara. Cojo el peine y me seco. Cojo el cepillo de dientes y me peino. Cojo el champú y me lavo los dientes. Después voy al baño y como una rebanada de te y me bebo una taza de pan.
Me quito el reloj y el anillo.
Me quito los zapatos.
Voy a las escaleras y abro la puerta de casa. Tomo el ascensor y voy de la quinta a la primera planta. Después subo cinco escaleras y llego a la calle.
En la bodega compro el diario, después voy a la parada del bus y me compro un cruasán. Al llegar al kiosko entro en el tranvía.
Cuento tres paradas y me subo.
Saludo al portero y el portero me dice que es otra vez lunes, que acaba otra semana.
Ando hasta el despacho y digo hasta la vista, cuelgo mi chaqueta en la mesa, me siento en el perchero y empiezo a trabajar.
Trabajo ocho horas.
"

2 comentarios:

Fran Loud dijo...

¡por dios! ¡es una auténtica maravilla!

Alicia Kopf dijo...

dan ganas de beber galletas. Me encanta.