domingo, 13 de septiembre de 2009
Todas las sillas tienen su mesa
Cuando era pequeña, las sillas vacías me daban miedo.Creía en el orden del mundo y en la utilidad de toda cosa existente. Confiaba en el destino y en la funcionalidad obligatoria de cada ser. No creía en el porque sí. Creía, en cambio, que si una silla estaba separada de su mesa debía, por fuerza, estar sujetando algun culo. Sin importar si yo podía verlo o no, alguien estaba ahí.
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2 comentarios:
Siento la intromisión.
Me encantan las cosas que escribes.
Debería hacerlo con más frecuencia para solaz de gente que opina como yo.
Una silla con culo, es una silla con una misión. Una silla vacía, sin embargo, puede centrarse en su objetivo primordial: simplemente ser. No se tú, pero yo echo de menos mas personas vacías. Perdón, quería decir sillas, sillas vacías.
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