miércoles, 15 de abril de 2009

si un cíclope te guiña el ojo se la pega

A mi me gustaría que cuando cierras un ojo los objetos del mundo se redujeran a la mitad. Sería una transición interesante antes de cerrar los ojos por completo.

En lugar de eso solo pierdes profundidad. qué aburrido

5 comentarios:

ismael dijo...

Es precioso. Me acuerdo cuando leí la Odisea, el cíclope me caía fenomenal y Ulises me parecía un cabroncete insufrible, maniático y obsesivo. Cuando le clavan la estaca en el ojo, al cíclope, se me revolvieron las tripas. Gracias, por recordarme este pasaje que se me había olvidado. Repito, es preciso.

anana dijo...

Lo de las plañideras sí que es bonito, GRACIAS. No tenía ni idea...

Y sí, los cíclopes son simpáticos. No sé porque siempre sentí cierta envidia... lo de tener un ojo en medio de la cara tiene que ser interesante. Además, así es mucho más justo para el resto de seres de la cara: un ojo, una nariz y una boca (y si sólo tuvieran una oreja ya sería el súmmum). Que es eso de que el trabajo de ver este hecho por dos cosas y el de oler sólo por una!!!!!! Menuda descortesía.

Fran Loud dijo...

A mí lo que me gustaría de verdad es que, dependiendo de cómo y cuánto cerraras cada ojo, pudieras hacer una selección de la mitad o el porcentaje de realidad que iba a desaparecer... si se hace así, en bruto, igual desaparecían cosas de la mitad maravillosa...

YYOSOYYO dijo...

a mi megusta voltear un ojo hacia atras cuando alguien me hace gracia

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Pues date un paseo por el fin de los tiempos. Aquí, cuando cierras un ojo, aún te quedan dos.
Un saludo