lunes, 27 de octubre de 2008

Barrer

Hace un par de días compramos insecticida y nos sentimos un poco más responsables, más adultos y más extraños por haber pensado en aquello del "por si acaso". La verdad es que no me había parado a pensar en las consecuencias. No fui más allá de “cucal, que es más caro y seguro que se carga hasta los bichos de la vecina”. Y así de básica me imaginé un nada, una desaparición. No me había ni planteado la posibilidad de lo épico, de una gran batalla. Creo que hubiera sido gentil haber fingido un poco más de esfuerzo. Como cuando pides a alguien que te abra el bote imposible y lo hace con dos dedos. Eso no despierta simpatía.

En fin, que yo sólo quería conseguir una certeza que intuía: que si había algún bicho, desapareciera. No me había planteado nada más. No lo sé, igual creía que se morirían en su madriguera, en su casa, que no los vería... Yo no sabía que cuando echas insecticida los bichos intentan escapar. Y no lo digo por culpabilidad ni por pena. Simplemente porque ver bichitos boca arriba al lado del zócalo es una sensación rara. Tanto tiempo conviviendo para conocerlos postmortem.
Y es que, lo realmente inquietante de todo esto es que me habré cargado a los únicos testigos de muchos momentos de este último año, anécdotas que seguramente ni recuerdo.

Y así, barriendo, me he dado cuenta de que enfrentarte al pasado es barrer debajo de la cama. Pero hacerlo en serio, apartándolo todo y sacando todas las cosas del cuarto: sin miramientos. Saber que cabe la posibilidad de que enroscada en una pelusa o debajo de un ácaro haya una pestaña que no sea tuya. Y tener el coraje de tirarla. Y hacerlo sin verla, sin despedirte, sin nada. Saber que una vez se haya secado el suelo no quedará nada que venga de otro cuerpo.

Aunque es cierto: encontrar un pelo de otro color debajo de la sábana y ponerlo en la almohada de al lado, en la que le corresponde, tiene algo de entrañable... Pero bueno, también es una guarrada.

3 comentarios:

Por la tangente dijo...

¿Cómo? Devuélveme mi pestaña ahora mismo. ¡Ya la echo de menos!

anana dijo...

Imposible que sea tuya. No mientas, tú no tienes pestañas

Anónimo dijo...

ja, ha de ser de un teddy