Estaba esperando en un semáforo cuando sacó un tocho del bolsillo y se golpeó la cabeza.
Tres veces: Clang, clang, clang, PLOF.
Supongo que debía tener muchas cosas que decir pero no las dijo.................................................................................................................................................
De entre todas las gominolas elegía siempre las que tenían forma de tocho. Las tragaba sin masticar e imaginaba cómo se iban colocando unas encima de la otras. Confiaba que lo harían adecuadamente. Por si acaso, eso sí, le pedía al intestino que dejara en paz a sus tochos y vigilaba sus excrementos para que ninguno se escapara.
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Cuando en los agujeritos de los tochos metes semillas crecen enredaderas dentro las paredes. Tú no las ves porque hay cemento y yeso y estucados. Pero hay enrededaderas y también seres que suben enredaderas.
Tú no te enteras de nada hasta que llega el día en que aparece una grieta y se asoma la patita de una planta. Los seres empiezan a usar esas grietas como puertas y entopnces tienes nuevos vecinos. Todo va bien hasta que ellos crecen y las grietas ya no son grietas porque son agujeros y entonces tu pared se va a la mierda.
1 comentario:
La semana de la muerte y los excrementos ¿no? :)
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