lunes, 29 de diciembre de 2008

cosas bonitas


-que salten ventanas de publicidad con el nombre de alguien a quien tienes ganas de ver.
-olvidarte que tienes que despedirte
-ver a alguien con una camiseta de Riots comprando el pan.
-Kim Ki-Duk. Traerle a alguien la primavera, el verano y el otoño e ignorar el invierno:




-que cosas como alcachofas en lata, atún en escabeche o boquerones en vinagre puedan contener leche (es una putada, sí, pero es bonito)
-que el sr. del videoclub siempre mire el reverso del dvd como haciendo que controla que no esté rallado; y que aunque esté rallado no diga nunca nada
-que el videoclub se llame "BUM STOP"
-que mi abuela andaluza me contara cuentos en catalán. que han ido mutando con los años porque se los aprendió de memoria y sin entender el significado. darse cuenta que ese texto, algun dia será ruido.
-que sólo haya una persona en el mundo capaz de hacer cocretas
-que en la mesa te digan: "¿quis pan?"
-decir "estoy triste" y te contesten "es verdad"
-meter dentro del buzón de alguien un bote de superglue, otro de pegamento imedio, cremalleras, botones, celo, clips, horquillas, imperdibles y grapas. Aunque no funcione.
-creer que los astronautas ven los paises del color que marca el mapamundi
-disfrazar mentalmente a alguien de sherlock holmes y sentirte mejor
-que los diminutivos sean más largos que los nombres
-que el último recuerdo antes de un accidente sea "oh-oh"
-utilizar excusas malísimas para no hacer lo que tienes que hacer
-hacer llorar a alguien y te diga "se me ha metido jabón en el ojo"
-que Sabadell se llame así porque la cebolla era de él
-vestirte para las fotos de carnet a juego con el carnet
-creer que las noticias de la radio van en las pilas
-guardarle todos los diarios a tu hermano ciego para que los lea cuando pueda volver a ver
-ser gilipollas y hacer increiblemente el ridículo por algo que no merece la pena


imágenes vía la madre de Lander
Me ha gustado el 2008 pero espero que el 2009 sea más fácil

lunes, 27 de octubre de 2008

Barrer

Hace un par de días compramos insecticida y nos sentimos un poco más responsables, más adultos y más extraños por haber pensado en aquello del "por si acaso". La verdad es que no me había parado a pensar en las consecuencias. No fui más allá de “cucal, que es más caro y seguro que se carga hasta los bichos de la vecina”. Y así de básica me imaginé un nada, una desaparición. No me había ni planteado la posibilidad de lo épico, de una gran batalla. Creo que hubiera sido gentil haber fingido un poco más de esfuerzo. Como cuando pides a alguien que te abra el bote imposible y lo hace con dos dedos. Eso no despierta simpatía.

En fin, que yo sólo quería conseguir una certeza que intuía: que si había algún bicho, desapareciera. No me había planteado nada más. No lo sé, igual creía que se morirían en su madriguera, en su casa, que no los vería... Yo no sabía que cuando echas insecticida los bichos intentan escapar. Y no lo digo por culpabilidad ni por pena. Simplemente porque ver bichitos boca arriba al lado del zócalo es una sensación rara. Tanto tiempo conviviendo para conocerlos postmortem.
Y es que, lo realmente inquietante de todo esto es que me habré cargado a los únicos testigos de muchos momentos de este último año, anécdotas que seguramente ni recuerdo.

Y así, barriendo, me he dado cuenta de que enfrentarte al pasado es barrer debajo de la cama. Pero hacerlo en serio, apartándolo todo y sacando todas las cosas del cuarto: sin miramientos. Saber que cabe la posibilidad de que enroscada en una pelusa o debajo de un ácaro haya una pestaña que no sea tuya. Y tener el coraje de tirarla. Y hacerlo sin verla, sin despedirte, sin nada. Saber que una vez se haya secado el suelo no quedará nada que venga de otro cuerpo.

Aunque es cierto: encontrar un pelo de otro color debajo de la sábana y ponerlo en la almohada de al lado, en la que le corresponde, tiene algo de entrañable... Pero bueno, también es una guarrada.

viernes, 17 de octubre de 2008

He empezado a leer "62/Modelo para armar" y de golpe me he dado cuenta de que no es un libro para leer una sola. Lo deberíamos leer entre dos. He puesto el marcapáginas en la página 16. Para ser justos, alguien debería llamar a la puerta ahora y sentarse a mi lado, en el sofá. Venir para sacarme el libro de las manos porque le corresponde empezar a leer a partir de ahí, hasta que se canse. Entonces me tocará el relevo. Y así hasta que acabemos. Aunque no hayamos entendido nada.

A decir verdad, podríamos hacerlo de otra manera. Cuando lea y tenga que dejar el libro, me llamará para decir "pág. 65". Yo cogeré un libro, cualquiera, para seguir por la 66.

martes, 7 de octubre de 2008

jueves

He oido muchas veces eso de "no puedo dividirme en dos". Yo siempre me imaginaba un corte limpio y frontal que partiera el cuerpo justo por la mitad, dejando un ojo para cada una de las partes.

Nunca me atreví a replicar lo obvio: "¡¡Pero eso son 3 divisiones!!"
(mitad 1 del cuerpo, mitad 2 del cuerpo y vísceras esparcidas por el suelo)

EN CONSTRUCCIÓ. RECEPTES DES DE LA CARÈNCIA, LA UBIQÜITAT I L'EXCÉS.


ACTOS OFICIALES


KARMA ALLUMÉ

sábado, 4 de octubre de 2008

sábado, 30 de agosto de 2008

Si las carreras funcionaran con una lógica invertida todo sería más coreográfico. Me refiero a que el objetivo fuese llegar lo más tarde posible. Esas carreras podrían durar años y el ganador sería alguien con un control sublime de su cuerpo. Los atletas serían igual de competitivos pero seguramente algo más pacientes. Estaría prohibido estar quieto y siempre tendría que haber al menos un músculo del cuerpo haciendo una fuerza hacia adelante. Los árbitros tendrían que usar las técnicas más avanzadas para asegurarse de que ningun corredor pasa ni un segundo inmóvil. Así que seguramente, estos corredores tendrían que estar conectados a un montón de tubos y sensores. Pero no sería un problema porque irían tan despacio que no habría peligro de que se desengancharan por la fricción del aire. Esos tubos también les darían de comer. Me pregunto si estaría permitido ir a hacer pis. Sería interesante ver todo el desplegamiento higiénico. Barberos afeitándolos, ayudantes duchándolos, cortándoles las uñas, lavándoles los dientes…. Y todo esto en medio de una carrera.

martes, 5 de agosto de 2008

Moments of Truth

Tonk (Taiyo Onorato & Nico Krebs)



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Y como viene a huevo: ahí este video de Richard Wiseman que me encanta (aunque algunos comments también tienen bastante gracia)

jueves, 31 de julio de 2008

Robert Breer


Hace ya un par de semanas que este es mi fondo de pantalla. Es un frame de la primera peli collage de Robert Breer. No sé porqué, este se acabó el milagro, me anima. Debería odiar a esa mano por avisarme de que lo mágico se ha acabado y frustrarme porque se ha roto el hechizo. Al fin y al cabo, como uno no puede enfadarse ni gritar a los unicornios o a los elfos (son mágicos, van más rápido) parece lógico pagarlo con el mensajero. Yo no me siento capaz de enfadarme con la mano. Me dan ganas de darle las gracias. Da seguridad.
Y creo que tiene algo que ver con lo que dice Job Ramos de que los paraisos también deberían tener cloacas, con que lo fantástico se rija por las no-leyes de lo fantástico, con que las soluciones a los problemas de Nuncajamás no se argumenten más allá del "magia", con que es absurdo que los dibujos animados no hagan caca .

martes, 29 de julio de 2008

un pulso


"Nubes pasajeras" de Aki Kaurismäki

Lo que más me gusta de este diálogo es esa posibilidad de convertirlo todo en una carrera. La vida sería como unos Juegos Olímpicos. Cuando fueras al banco y no te concedieran un crédito podrías decir: "a ver quién aguanta más debajo del agua" y si te despidieran retar al jefe con un "veamos quién salta más lejos". Las posibilidades son infinitas. Cuando el médico diga "estás enferma", refutarlo con "a ver quién se ríe antes" o en el caso de no conseguir ser perdonada, ganar el indulto con un “piedra, papel, tijera?”.
Ante un fracaso siempre podrías proponer un concurso de eructos o una carrera de sacos. Así, cuando te dejara tu pareja te quedaría lo de "te echo una carrera" y si, aun y todo, vuelves a perder tendrías la excusa de seguir corriendo. Lejos. Aunque, igual, lo mejor sería contestar con un "soy más alta". Irrefutable. Has ganado.

sábado, 26 de julio de 2008

un lugar seguro

"Bunburying" es un término introducido por Oscar Wilde que consiste en inventarse a un amigo imaginario-coartada **. Los Bunburys están siempre al borde de la enfermedad y viven en lugares alejados. Son personajes ficticios, amigos invisibles, mentiras que ayudan a que la vida real de sus inventores se acerque más a la de sus fantasías.


Si alguna vez conociera a un Bunbury quedaría con él en Æblerød. Sin duda me parece el lugar más seguro. Jugaríamos a Apopudobalia y hablaríamos de las maravillosas fotos de Lillian Virginia Mountweazel. Cuando no supiéramos que decir nos repetiríamos el uno al otro "dort". Tal vez ni se nos muevan los labios, siendo como es la palabra más cercana al silencio. Estaríamos de acuerdo en que es la mejor palabra y que deberíamos usarla siempre jugando al scrabble. Ante cualquier problema utilizaríamos el Sympsychograph, una máquina capaz de fotografiar pensamientos. Solo discutiríamos por las vacaciones, él querría ir a Globu mientras yo preferiría ir a Tlön. Una vez lleguemos allí, le digo, no tendré que volver a imaginarme el color de su pelo ni el sabor de su ombligo. Si al final damos con el mapa del lugar a ambos se nos contestaran esas preguntas.
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*Imagen vía Museum of Hoaxes
** "En "La importancia de llamarse Ernesto" de Wilde, Algernon habla a su amigo John del imaginario Bunbury, un amigo que vive en el campo y que se pone constantemente enfermo, dando a Algernon la excusa que necesita para dejar la ciudad, escapar de su familia y responsabilidades. John, por su parte, tiene un hermano ficticio, Ernesto, que vive en Londres y siempre tiene problemas, dándole a John la constante oportunidad de visitarlo y escapar de su pueblo. Cada vez que John llega a Londres asume la personalidad de Ernesto" (vía wikipedia)

domingo, 20 de julio de 2008

alguien que fracasa, otro alguien que quiere verse los huesos y un tercer alguien que decide limitar su habla a una sola palabra.

Un poeta que es bilingüe sin saberlo. En realidad, más que bilingüe tiene otro idioma materno que no es el idioma que usa todos los días. Simplemente no se acuerda de que puede hablarlo. Ni siquiera sabe el nombre de ese idioma. Cuando habla con sus amigos, cuando sueña o cuando compra el pan lo hace en un idioma extranjero. Cuando escribe poemas, sin saberlo, los está traduciendo simultaneamente de ese idioma materno y desconocido. Sus versos nunca riman. Riman en su idioma original pero esto, él nunca lo llegará a saber y dejará de escribir.
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Hay cosas que no están permitidas ver. Una de ellas, son los propios huesos. Existe una especie de contrato no escrito de mutua confidencialidad. Nunca lo he podido leer pero creo que debe decir algo como: los ojos no pueden mirar a los huesos. Como en una de esas historias de terror donde alguien le dice a la chica rubia: “no mires atrás”. Ella acaba mirando y sucede algo terrible. Si lo piensas, es bastante justo. No sería demasiado cordial que los ojos mirasen a los huesos porque los huesos nunca podrían devolverles la mirada.
Es una ley universal. Notas los huesos, usas los huesos pero nunca los ves. Si por algun motivo llegases a ver alguno, sería señal de que algo no va bien. Violar esa ley universal duele y además te lleva al hospital.
Los dientes también son huesos y sirven de consuelo para paliar la curiosidad osea: los puedes mirar e incluso tocar. Pero los dientes son como ir a la playa. Un territorio donde se te permite ver a la gente en ropa interior pero la parte más interesante siempre está tapada. Podrías llegar a arrancarte un diente para poder ver la raiz. No te morirías ni tendrías que ir al hospital pero no te volvería a crecer. Solamente les vuelve a crecer a los niños. Pero solo tienen uno de repuesto. De todas maneras, los niños no cuentan porque tienen menos huesos que los adultos. La ley universal es más llevadera porque se les esconde un porcentaje menor de secretos.
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Siempre me han dado envidia los animales. Nacen sabiendo hablar. Los humanos nos pasamos la vida hablando entre nosotros y leyendo. Aprender palabras nuevas y mejorar la ortografía es una misión infinita. Resulta imposible escribir como un diccionario. El diccionario siempre gana: siempre sabe más palabras y siempre las escribe correctamente. Es como echar una carrera con un superheroe. Hablar es un proceso demasiado concentrado: pensar algo, darte cuenta de que lo estás pensando, tener ganas de compartirlo, buscar las palabras que describan ese pensamiento, ordenarlas, escribirlas en tu cabeza y leerselas a otra persona. Todo esto muy deprisa. Demasiado deprisa. Por eso prefiero hablar en un idioma ajeno. Tengo menos palabras y resulta más fácil elegir. Por eso me dan envidia los animales. Son dueños de una sola palabra. No hay dudas existenciales. Solo hay una opción: miau, guau, pio, mu, garagaragaragaragara…. Y ni siquiera tienen que elegir esa palabra. Si yo eligiera la mía y renunciara al resto, suprimiría este esfuerzo constante de ordenar y seleccionar las palabras adecuadas para otros. Pero para eso tendría que elegirla y ni siquiera conozco todas las posibilidades.
Deberían obligarnos a permanecer con la primera palabra que dijimos. Uno diría “mama” y el otro contestaría “agua”. Las novelas serían algo así como “coche coche coche coche. Coche! Coche, coche. Coche (….) Coche”. Todo el mundo podría escribir novelas. Todo el mundo las entendería. Con una sola palabra, a uno se le quitarían las ganas de discutir. Sería imposible que alguien no te entendiese.

lunes, 7 de julio de 2008

mentira núm. 1

Hoy he soñado que todos nuestros sonidos se grababan y se utilizaban para doblar películas. No se grababan conversaciones ni palabras, solamente sonidos. De manera que ya no existían los sonidos íntimos y la privacidad se limitaba al gusto, al olfato, a la vista y al tacto. Un día podrías oir tu propia risa doblando a una actriz.

Las películas parecían así más reales, los efectos especiales no eran efectos, eran de verdad porque ya nadie actuaba forzando la risa, simulando una caida o imitando un pedo. Cabía también la posibilidad de que los llantos llegaran a su destinatario.

Soñaba que veía una peli, que sin saberlo oía llorar a alguien que conocía y que esa tragedia ajena de detrás de la pantalla me impactaba doblemente. Y así, inconscientemente, llegaba a mí algo que en cierta manera me pertenecía pero que se me había escondido.

Bueno no era un sueño, pero hubiera estado bien soñarlo en vez de pensarlo.

jueves, 26 de junio de 2008

Agota Kristof en "Claus y Lucas"



" EJERCICIO DE ENDURECIMIENTO DE ESPÍRITU

La abuela nos dice:
-¡Hijos de perra!
La gente nos dice:
-¡Hijos de bruja! ¡Hijos de puta!
Otros nos dicen:
-¡Imbéciles! ¡Golfos! ¡Mocosos! ¡Burros! ¡Marranos! ¡Puercos! ¡Gamberros! ¡Sinvergüenzas! ¡Pequeños granujas!¡Delincuentes!¡Criminales!
Cuando oímos esas palabras se nos pone la cara roja, nos zumban los oídos, nos escuecen los ojos y nos tiemblan las rodillas.
No queremos ponernos rojos, ni temblar. Queremos acostumbrarnos a los insultos y a las palabras que hieren.
Nos instalamos en la mesa de la cocina, uno frente al otro, y mirándonos a los ojos, nos decimos palabras cada vez más atroces.
Uno:
-¡Cabrón! ¡Tontolculo!
El otro:
-¡Maricón! ¡Hijoputa!
Y continuamos así hasta que las palabras ya no nos entran en el cerebro, ni nos entran siquiera en las orejas.
De ese modo nos ejercitamos una media hora al día más o menos, y después vamos a pasear por las calles.
Nos las arreglamos para que la gente nos insulte y constatamos que al final hemos conseguido permanecer indiferentes.
Pero están también las palabras antiguas.
Nuestra madre nos decía:
-¡Queridos míos! ¡Mis amorcitos! ¡Mi vida! ¡Mis pequeñines adorados!
Cuando nos acordamos de esas palabras, los ojos se nos llenan de lágrimas.
Esas palabras las tenemos que olvidar, porque ahora ya nadie nos dice palabras semejantes, y porque el recuerdo que tenemos es una carga demasiado pesada para soportarla.
Entonces volvemos a empezar nuestro ejercidio de otra manera.
Decimos:
-¡Queridos míos! ¡Mis amorcitos! Yo os quiero... No os abandonaré nunca... Sólo os querré a vosotros... Siempre.... Sois toda mi vida...
A fuerza de repetirlas, las plabras van perdiendo poco a poco su sifnificado, y el dolor que llevan consigo se atenúa."

miércoles, 25 de junio de 2008

hace calor

-- Llenarte el ombligo de maiz y hacer palomitas
-- Devolver tu sudor al mar
-- Llorar por los poros
-- Concentrar el sudor en un solo poro, dejar de ser humano y ser fuente
-- Babear y mear libremente y poder decir que estás sudando
-- Comer mosquitos hasta que te salga aguijón. ¡Ven-gan-za!
(quiero ser un mosquito gigante)

viernes, 6 de junio de 2008

La culpa es de los gatos

Freud no tenía razón. Los sueños ni nos los inventamos ni significan un carajo: los sueños los escriben unos guionistas y nos los leen mientras dormimos. Además resulta que las estrellas hablan como las pijas, que unas señoras muy esmeradas nos despeinan por la noche y que cada uno de nosotros tiene un gato asignado que tiene la misión de hacer que durmamos tranquilos. La idea no está mal pero.... si nos toca un gato vago estamos bastante jodidos: el que duerme es él y nos provoca insomnio.
Todo esto lo explican en "Nocturna", otra peli de dibujos animados con personas de manos demasiado pequeñas, voz gritona y moralina. No la recomendaría pero mola poder echar la culpa a alguien.

Odiar a los gatos es algo bastante cotidiano... y es que, ¿cómo no hacerlo? Gatos donantes de sangre en Italia, gatos hipoalérgicos por 3.500 dólares, una radio que emite música solamente después de haber sido aprobada por gatos, gatos con pasaporte para viajar por la unión europea, gatos fluorescentes... Por todo esto y por las iaias con gatos reivindico a Schrödinger: lo de él es diplomacia y lo demás son historias. Este señor diseña uno de los primeros experimentos imaginarios (me encanta el método científico, en serio) y encierra mentalmente a un gato dentro de una caja para hablar de física cuántica (otro merecido hip hip hurra para todo lo cuántico). La caja además tiene un gas venenoso, una particula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo que hace que si la partícula se desintegra, se rompa la botella y el gato muera. Según la interpretación de Copenhague mientras no abramos la caja, el gato está vivo y muerto a la vez. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar al gato modifica su estado, haciendo que pase a estar solamente vivo, o solamente muerto. Esto se debe a una propiedad física que no entiendo, que se llama superposición cuántica, que me fascina y que además hace que Schrödiger pueda torturar a los gatos mentalmente jugando a la ruleta rusa con ellos.

sábado, 10 de mayo de 2008

Lista de vacíos

-El cuento de Melville con Bartleby y su "preferiría no hacerlo"

-Las retiradas y que, como a Mariona, el exceso de motivos para hacer nos impulse a no hacerlo

-Los bartlebys de Vila-Matas, esos escritores que renunciaron, por varias razones, a seguir escribiendo.

-El marco de trabajo presentado por el Palais de Tokyo para acceder a Le Pavillon: la idea de contratiempo, de error y la potencialidad de lo inacabado.

-La estupenda presentación del martes pasado en la Sala d'Art Jove donde Martí Anson, Luz Broto,Daniel Jacoby, Marcel Pie y Noemí Pérez desvelaron los secretos de una sala vacía. Y alegrarme porque las excepciones existen y ver como es posible realizar un proceso tutoría desde un intento por desjerarquizar posiciones, como el trabajo se nota y pensar que nunca vi la sala tan vacía de objetos ni tan llena de coherencia.

Y con todo esto pienso en los cabezazos de Bruce Nauman, en el "My Entire Life" de Shrigley, en la idea de absurdo y de gasto inútil de un autobús donde todos los tickets han sido comprados por Karmelo Bermejo, en el compromiso y denuncia que hace que a partir de finales de los 80 General Idea no exponga otra pieza que no sea una variación de la serie AIDS...

Y la lista podría seguir pero entonces llega un cierto sentimiento de fracaso.... Y pienso en el silencio que se produce cuando la crítica en lugar de construir, destruye, en lo faltos que estamos de otras voces en esta Barcelona brutal, en el hamster de mi hermano dando vueltas en su rueda.... y me acuerdo de la desidia del maravilloso cuento "Revolución" de Slawomir Mrozek.

martes, 22 de abril de 2008

Historias con retraso

Me tocó ir a comisaria (y no me alargo porque la historia no va por ahí) y hablar con un policía que parecía sacado de la serie de Scooby Doo. Estaba muy serio, era muy rubio y como se le habían caido todas las articulaciones de la cara los labios nunca le cambiaban de forma.
Él miraba sólo a su ordenador y si no fuera porque además de mirarlo escribía, uno podría pensar que no tenía ojos. Tic tic tic de teclas y murmullos: Alfa November Alfa. Y venga a preguntar cosas sin mirar y venga a repetir Zulu Alfa Mike Oscar Romeo Alfa.
Yo no entendía nada pero siempre se puede culpar a la tele (demasiada Ruleta dela Fortuna).... Y ahora, pues no puedo dejar de imaginarme al policía rubio diciendo aquello de: alfabeto fonético auronáutico, porque no hace falta ir en barco ni en avión.


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A y L en el ascensor junto al niño coñazo y su padre demostrando que se puede cruzar la barrera temática sobre metereología.

L: ¿A qué piso van?
P: Al Sobreático ¿y vosotros?
A: Al 4º
NC: Quiero darle al botón, quiero darle al botón, quiero darle al botón (el tercer eco llega mucho después de haber apretado el dichoso botón)
P: Vaya, vivís justo en el medio
A: Sí, somos la mortadela.
P: Y nosotros el pan.... (sonríe) y el pan de abajo que se joda
(Y claro, llegamos al cuarto)
L-A:Hasta luego

martes, 1 de abril de 2008

Los hermanos Collyer

Historias vía wikipedia:
"Los hermanos Collyer, Homer y Langley, nacieron y vivieron en Nueva York desde finales del siglo XIX hasta mediados de la década de los 40 del siglo XX. Hijos de una familia acomodada que hundía sus raíces en los primitivos colonos ingleses que llegaron a las costas del este de los actuales EE.UU., recibieron una sólida formación universitaria (derecho e ingeniería) y no se les conoció ocupación alguna mientras vivieron pues las rentas que heredaron les permitieron vivir sin apuros económicos durante el resto de sus vidas.

Su historia es de las más increíbles que se puedan relatar. Acumuladores compulsivos, llegaron a juntar casi 200 toneladas de diverso material en su casa de 4 pisos en el cruce entre la Quinta Avenida y la calle 128 en Harlem, Manhattan.

Cuando la policía entró el 21 de marzo de 1947 en la citada dirección, previamente avisada por los vecinos acerca de que los hermanos no daban señales de vida desde hacía bastante tiempo, no pudo franquear la puerta de entrada al encontrarse con enormes pilas de periódicos que la taponaban literalmente desde el suelo hasta el techo. Solicitada la ayuda de los bomberos de Nueva York, éstos también fracasaron al intentar acceder a la vivienda a través de las ventanas pues también se encontraban absolutamente bloqueadas por ingentes y compactas montañas de papel y otros objetos. No hubo más remedio que realizar un agujero en la azotea del edificio para, por fin, lograr introducirse en la vivienda de los hermanos.

Después de solo seis horas de atravesar angostisimos pasadizos a través de todo tipo de objetos inimaginables, se tuvo la inmensa suerte de localizar el cuerpo sin vida de uno de los hermanos, Homer, sentado en una silla. Efectivamente fue "suerte" encontrar en "solo seis horas" el cuerpo de Homer porque a pesar de que decenas de bomberos y policías trabajaron a destajo, no se pudo encontrar el cuerpo del otro hermano, Langley, hasta 18 días después (8 de abril de 1947). Hubo para ello que remover y retirar 136 toneladas de material diverso. Lo curioso de todo es que el cadáver del segundo hermano apareció a escasos metros del primero, lo que da una idea del infierno en que se había convertido aquella casa.

El cadáver del segundo hermano apareció en gran parte comido por las ratas y bajo una cantidad ingente de miles de libros, periódicos y otros objetos de todo tipo. Falleció aplastado por un derrumbe mientras intentaba acceder al rincón de la casa en donde se hallaba su hermano Homer para darle de comer pues éste era paralítico además de ciego. Nunca llegó pues murió aplastado por el camino. Su hermano Homer, como la autopsia posterior reveló, falleció de hambre y sed en una lenta e interminable agonía.

Solo la enumeración de los objetos que se encontraron enterrados entre miles de otros objetos en esa casa es fascinante (10 pianos de cola, coches, maquinas de rayos X, centenares de miles de periódicos, decenas de miles de libros, miles y miles de discos....)

Los hermanos acumularon todos los periódicos emitidos en la Ciudad de Nueva York durante aproximadamente 3 décadas y media. Si tenemos en cuenta de que en dicha ciudad existían unos quince periódicos diarios, multiplíquese 15 X 365 X 35 y se obtendrá una cifra aproximada acerca de lo que estamos hablando. Langley fue en una ocasión preguntado acerca de esa inexplicable manía de acumular periódicos. Contestó que los guardaba para que su hermano, ciego, los leyese cuando recuperase la vista y así se pusiese al día. Langley creía firmemente que Homer recuperaría la vista y a tal efecto suministraba a su hermano unas 100 naranjas a la semana pues creía en ello como procedimiento infalible para lograrlo"

lunes, 10 de marzo de 2008

Algo esta a punto de pasar

-que tanto todo sean 240 megas
-tener tu propio código de barras y no sentirte como un tomate
-que te llamen con un sustantivo y se mueva algo
-no necesitar a nadie para que te empuje y sonreir por dentro

jueves, 28 de febrero de 2008

A veces pasa que un objeto te hace daño. Pasa cuando deja de ser cuchara, mueble o boli y se transforma en algo que bien podría ser un puñal. Entonces, lo guardas en un cajón y esperas a que llegue el día en que no te recuerde nada.

Al final llega. Has vencido y, aunque te dé un poco de pena, sientes como si nunca más fueras a volver a guardar mierda dentro de ti.

martes, 19 de febrero de 2008

te regalo mis bolsillos

Hace tiempo le dije a un alguien "te regalo mis bolsillos".

Me he acordado hoy. Una de esas promesas adolescentes. Lo triste es que se acabó el misterio (me cargué el secreto). Ahora ya sé donde están todas las cosas que creí meter, que guardé, en mis bolsillos.
Están amontonadas en su estantería, debajo de su cama, dando forma a sus nudillos, dentro de su papelera. Dondequiera que esté ahora. Su venganza por haberme olvidado, por haberle mentido.

O tal vez me eche de menos y me mire en misus cosas.

lunes, 18 de febrero de 2008

...

Me gustaría ser un punto suspensivo.
Me gustaría ser el todo en silencio, la eternidad y el misterio. Ser un eufemismo, ser polisémica, ser la duda, ser vacío, ser cualquier cosa y ser nada...
e ir siempre acompañada de mis dos secuaces y dejar de conformarme con la mentira de lo par.

viernes, 15 de febrero de 2008

Hoy he empezado a tener envidia de los que se apellidan Corte o Cortenilla. Si alguna vez tuviera que escribir un libro, no dudaría en cambiar mi apellido. Entonces solo me quedaría cruzar los dedos para que nadie se interpusiera entre Cortázar y yo.

Con un poco de suerte, algún empleado inepto colocaría mal los libros metiendo sin querer a uno dentro del otro. Nuestras historias se tocarían y yo podría dormir apoyada en la página 55.
Enterrar los problemas y esperar la llegada de los zombis

miércoles, 6 de febrero de 2008

Imagínate que para guardar silencio tuviéramos que decir la palabra "nada". Nos repetiríamos los unos a los otros:
-¿Qué pasa?
-Nada.

domingo, 3 de febrero de 2008

Fabricar sales minerales

-Escupir o conseguir que alguien escupa en una sustancia no absorbente.
-Esperar a que el agua de la saliva se evapore.
-Recoger las sales minerales.

lunes, 28 de enero de 2008

Una pose por segundo


Un día de estos te haré todos los gestos. Te recitaré el diccionario entero y después de haberlo dicho todo, me callaré.

domingo, 27 de enero de 2008

Las lágrimas aportan el único oxígeno del metabolismo corneal, deshacen las bacterias, absorben parte de los rayos ultravioletas y arrastran los cuerpos extraños del ojo.

A partir de los 25 años comienza a disminuir la producción lacrimal. Por eso, los adultos nos vemos obligados a entristecer mucho más a menudo y llenarnos así las córneas de agua, albúmina, globulina, lisozima, sodio y potasio.

viernes, 25 de enero de 2008

Diccionario de lugares comunes

Una nueva recomendación maravillosa.

"DECORADO DE TEATRO. No es pintura. Basta arrojar sobre la tela un cubo de colores y extenderlos con una escoba: la distancia y la luz crean la ilusión.

INHUMACIÓN
- Contar historias de cadáveres que se comieron un brazo para calmar el hambre."

Este diccionario tiene muchos puntos a favor. Por un lado, es de esas obras cabezonas que no se llegaron a acabar. Existen varias versiones y en cada una de ellas el prólogo es mucho más largo que el diccionario en sí. Un despertar constante del subjuntivo Qué hubiera pasado, cómo hubiera acabado esa frase, qué hubiera dicho si... Flaubert siempre generoso, da mucho qué soñar a los traductores. Y claro está, ofrecer tareas es algo muy importante.

Como corresponde a una obra de estas características no tiene un título sino varios. La versión francesa diría algo como Dictionaire dés idées reçues y en castellano bien podríamos llamarle Diccionario de lugares comunes, Diccionario de convencionalismos,Diccionario de tópicos, Diccionario de las ideas recibidas, Estupidiario.... Y claro, lo polisémico seduce.


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