y descubrir que se puede comprimir el equipaje hasta meterlo dentro de un sobrecito de ketchup.y viajar tranquilo, con tu bolsita de ketchup en el bolsillo, sabiendo que nadie te va a meter un codo en la oreja porque ya no tienes que recoger tu equipaje del maletero.
y llegar a destino y ver que la descompresión es como comerte un pimiento del padrón: nadie sabe a quién le va a tocar el sobrecito de ketchup tarado, el que al descomprimirse pringa tu maleta de salsa.
(en la foto, a la derecha: chico al que de dos sobres le ha tocado uno chungo)